ARRIBA, MOHAMED

El sol comienza a descender. El tráfico de Monterrey aumenta en dirección a Guadalupe. El gigante de acero -el estadio BBVA- poco a poco comienza a llenarse. Ésta es la dinámica que experimenta la ciudad cada quince días, cada vez que juegan sus rayados, «la pandilla».

    Una institución seria, grandes jugadores (algunos seleccionados nacionales) y 50, 000 espectadores, que ansian por ver campeón a sus «rayados». En la intimidad de los vestuarios, un hombre llamado Antonio Mohamed, sale al campo pensando en Faryd (su hijo fallecido en el 2006) y con el rosario en la mano, le hace homenaje colocando el collar cristiano en el asiento de su costado.
 
    Inicia el juego, rayados está obligado a ganar. Entonces turco recuerda aquellas proezas que ha tenido como técnico y como jugador. Recuerda a su amado Huracán, con el que logró el ascenso en el 2007, recuerda a Independiente con quien fue campeón Sudaméricano en el 2010.
 
    Una diagonal al centro lo distrae y observa como el disparo de Miller Bolaños se estrella en la espalda de Leonel Vangioni, provocando que el balón entre en la portería que defiende Hugo González, gol de Tijuana, el estadio enmudece, turco suspira, sus amados Xolos con los que fue campeón en 2011, lo están dejando fuera de la liguilla.
 
    Fin del partido, Monterrey eliminado. Turco toma el rosario, piensa en Faryd. Piensa en las críticas, piensa en las injusticias que rodean al deporte y claro, también a la vida. Piensa en la presión de Monterrey, que hace seis meses perdió «La Final Regia» con Tigres. Piensa en la final contra Pachuca que se fue de las manos en el último suspiro y piensa en una posible renuncia. Así como lo hizo con su amado Huracán en el 2013.
 

Tres años, turco. Seis temporadas, dos finales de Liga MX y la obtención de la Copa MX. El mayor puntaje en el año futbolístico en México, y, además el equipo con la mayor cuota ofensiva del torneo. Arriba Mohamed, levanta la cabeza turco, no siempre se consiguen los objetivos, pero de algo estamos seguros, de que pasión y esfuerzo siempre hubo. Faryd lo sabe, allá arriba.

Agustín V

Instagram: futbolmexa

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